miércoles, 23 de noviembre de 2011

Evolución en la discografía flamenca.

Evolución en la discografía flamenca

En este artículo tratare de hacer un pequeño análisis de cómo han ido cambiando las pautas de acompañamiento del cajón a través de cuatro trabajos discográficos que abarcan los últimos 20 años que son quizás los años de mayor apogeo de este instrumento.
Los discos son:
  • “Soy Gitano” Camarón de la Isla; Año 1989. Los percusionistas son: Tino di Giraldo y Manuel Soler.
  • “Gitanos de la Plaza” Ramón “El Portugués”; Año 1992. los percusionistas son: “Negri”, Antonio Carmona y Ramón Porrina.
  • “Sembrando inquietudes” Ramón Jiménez; año 2002. El percusionista es: Lucky Losada
  • “Mi forma de vivir” Duquende; año 2006. Los percusionistas son: Isaac Vigueras, Mané, Roger Blavia y “Piraña”
Antes de comenzar a ver como ha ido cambiando la utilización del mismo haciendo uso de estos trabajos discográficos, por llamarlos de alguna manera porque realmente son obras de arte, tengo que resaltar que hoy en día la presencia del cajón es imprescindible en casi el cien por cien del cualquier disco de flamenco como lo es en la practica totalidad de los espectáculos de flamenco bien sean de toque, cante o baile. Esta consolidación es motivo de orgullo para nosotros los percusionistas; a veces se piensa que el cajón siempre estuvo ahí desde el principio pero no es así, tan solo 30 años son los que se suman desde su aparición en el espacio del flamenco pero su integración ha sido vertiginosa.

Verdaderamente lo que ha hecho que el cajón se vuelva algo tan necesario ha sido gracias a la preocupación por los arreglos y los detalles de que da la percusión a la hora de redondear un disco. Esta preocupación nace en torno a los años 70 cuando el pop y el rock aparecen con una instrumentación muy elaborada en la que la percusión toma una importancia que antes no había tenido; los grupos extranjeros y los nacionales alimentan no solo a sus propios géneros sino que también lo hacen en otros terrenos como lo es el flamenco que siempre se destacó por ser un estilo musical que toma ideas de todas las músicas y también porque se encuentra siempre actualizado con las tendencias del momento.

Ciertamente el flamenco estaba preparado para una revolución en todo lo que fue la integración de nuevos instrumentos de percusión ya que si hay algo que distingue a este de otros estilos es su preocupación por la rítmica hasta límites casi obsesivos. Un buen ejemplo de estos cambios lo encontramos en “La leyenda del tiempo” de Camarón en el que nuestro querido José Antonio Galicia “Gali” ya fallecido grabo unas bulerías con una batería y a doble bombo que desde luego no han pasado inadvertidas y han sido motivo de muchos debates.

Lo primero que me llama la atención son dos aspectos; primero que el cajón en el disco de Camarón no era un instrumento presente en todos los estilos rítmicos que se grabaron, que fueron la mayor parte de los temas, sino que solo se usa en rumbas, tangos y bulerías. Me sorprende bastante que no este presente en estilos como alegrías o siguiriyas porque hoy en día no es así. Lo segundo es que la forma de tocarlo es curiosa ya que se utiliza muchísimo el chasquido/ agudos y muy poco los graves además de que se hace con un sentido de acompañamiento de percusión menor como pudieran ser las castañuelas o los chekeres, de hecho la presencia de las tablas indias y de la batería es mucho más relevante. Por otra parte es normal que ocurriera esto ya que cualquier nuevo instrumento que se incorpora tiene un proceso de adaptación hasta que su presencia se vuelva necesaria. Solo se pude decir que el cajon tomo una relevancia fuerte en las bulerias quizás por el propio carácter del interprete.
Lo que me sorprende es la cantidad de arreglos de percusión que tiene el disco, por no hablar de la orquestación; es impresionante ver lo cuidado que esta en este sentido y como sin duda sentó un precedente para cualquier artista flamenco que grabase un nuevo disco.

El segundo trabajo es el de Ramón “El Portugués” que solo lo separan tres años y las diferencias no son tan grandes. El cajón hace presencia en los mismos estilos que en el disco de Camarón pero el número de intérpretes a aumentado y entre ellos existen dos grandes maestros que han influido muchísimo en la forma de tocar este instrumento que son Antonio Carmona y Ramón Porrina, este último hijo del cantaor y miembro de una familia muy prolífica en el flamenco sobretodo en cantaores y cantantes y en percusionistas renombrados. La diferencias con respecto al trabajo anterior radican sobretodo en el hecho de cómo se entiende el acompañamiento ya que si en “Soy Gitano” el cajon era más bien un complemento, en este disco adquiere un protagonismo considerable primero porque es el que lleva la batuta de la percusión grabada y segundo porque existen muchísimos detalles, cierres, entradas y arreglos con el cajón. Es un gran salto para que este adquiera prioridad sobre cualquier otra percusión quizás por su sonoridad que es según mi criterio “el más Flamenco de todos los tambores”. Llama la atención que en los “jaleos” se despliega toda una nueva manera de entender el acompañamiento al cajón más libre y rica.

El tercer trabajo nos lleva al mundo del acompañamiento al toque de guitarra con Ramón Jiménez guitarrista madrileño del barrio de Caño Roto. Aquí nos topamos con que todos los estilos rítmicos son acompañados de cajón a pesar de que solo aparece un percusionista: Lucky Losada. Es extraño que solo figure uno en todo el disco sin embargo tratándose de quien se trata es perfectamente comprensible ya que hablamos quizás de uno de los mejores que hay en la actualidad. Su experiencia como percusionista de acompañamiento es amplísima y no solo se limita al acompañamiento sino que es un disco producido por el mismo, con ello se traspasa la barrera del acompañamiento y se entra un plano mucho más elevado como es el de producir con todo lo que implica en el ámbito de arreglos tanto rítmicos como armónicos. El gran salto no solo se da en este sentido; la forma de entender como ejecutar el toque de cajón que no se limita a comenzar algún tema o concluirlo, además frasea de acuerdo con las falsetas de guitarra, llena los vacíos musicales, adapta la métrica en función de la musicalidad del momento. Es el complemento perfecto para el toque de Ramón.

El último trabajo es el de Duquende, es el más reciente de los analizados y la evolución del cajón y de la percusión en general se palpa desde el primer tema. Todos los temas rítmicos llevan percusión a diferencia de los anteriores discos, el número de percusionistas que colaboran en el disco crece hasta cuatro. Lo más destacable en el ámbito de percusión es el martinete grabado por Piraña en donde se llega a una expresividad nunca vista en un martinete que siempre a sido un estilo en el que el protagonista absoluto a sido el cantaor / ora y la base rítmica muy sencilla y “justica”. Piraña lleva la percusión a un extremo en el que parece que se llega a hacer armonía con los diferentes tambores utilizados; parece que el cajón y el resto de tambores cumplen la función de guitarras, palmas y yunques; la percusión adquiere musicalidad propia. Es impresionante la ventana que se abre con este tipo de acompañamiento tan elaborado. No es de extrañar que sea un trabajo de este fenómeno de la percusión como es Israel porrina “Piraña”. Sin menospreciar a nadie: un genio.
Esto es todo amigos. "El Guille"

http://www.todocajon.com/content/evolucion-en-la-discografia-flamenca

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