Evolución en la discografía flamenca
En este artículo tratare de hacer
un pequeño análisis de cómo han ido cambiando las pautas de
acompañamiento del cajón a través de cuatro trabajos discográficos que
abarcan los últimos 20 años que son quizás los años de mayor apogeo de
este instrumento.
Los discos son:
- “Soy Gitano” Camarón de la Isla; Año 1989. Los percusionistas son: Tino di Giraldo y Manuel Soler.
- “Gitanos de la Plaza” Ramón “El Portugués”; Año 1992. los percusionistas son: “Negri”, Antonio Carmona y Ramón Porrina.
- “Sembrando inquietudes” Ramón Jiménez; año 2002. El percusionista es: Lucky Losada
- “Mi forma de vivir” Duquende; año 2006. Los percusionistas son: Isaac Vigueras, Mané, Roger Blavia y “Piraña”
Antes de comenzar a ver como ha ido cambiando la utilización del
mismo haciendo uso de estos trabajos discográficos, por llamarlos de
alguna manera porque realmente son obras de arte, tengo que resaltar que
hoy en día la presencia del cajón es imprescindible en casi el cien por
cien del cualquier disco de flamenco como lo es en la practica
totalidad de los espectáculos de flamenco bien sean de toque, cante o
baile. Esta consolidación es motivo de orgullo para nosotros los
percusionistas; a veces se piensa que el cajón siempre estuvo ahí desde
el principio pero no es así, tan solo 30 años son los que se suman desde
su aparición en el espacio del flamenco pero su integración ha sido
vertiginosa.
Verdaderamente lo que ha hecho que el cajón se vuelva algo tan
necesario ha sido gracias a la preocupación por los arreglos y los
detalles de que da la percusión a la hora de redondear un disco. Esta
preocupación nace en torno a los años 70 cuando el pop y el rock
aparecen con una instrumentación muy elaborada en la que la percusión
toma una importancia que antes no había tenido; los grupos extranjeros y
los nacionales alimentan no solo a sus propios géneros sino que también
lo hacen en otros terrenos como lo es el flamenco que siempre se
destacó por ser un estilo musical que toma ideas de todas las músicas y
también porque se encuentra siempre actualizado con las tendencias del
momento.
Ciertamente el flamenco estaba preparado para una revolución en todo lo
que fue la integración de nuevos instrumentos de percusión ya que si
hay algo que distingue a este de otros estilos es su preocupación por la
rítmica hasta límites casi obsesivos. Un buen ejemplo de estos cambios
lo encontramos en “La leyenda del tiempo” de Camarón en el que nuestro
querido José Antonio Galicia “Gali” ya fallecido grabo unas bulerías con
una batería y a doble bombo que desde luego no han pasado inadvertidas y
han sido motivo de muchos debates.
Lo primero que me llama la atención son dos aspectos; primero que el
cajón en el disco de Camarón no era un instrumento presente en todos
los estilos rítmicos que se grabaron, que fueron la mayor parte de los
temas, sino que solo se usa en rumbas, tangos y bulerías. Me sorprende
bastante que no este presente en estilos como alegrías o siguiriyas
porque hoy en día no es así. Lo segundo es que la forma de tocarlo es
curiosa ya que se utiliza muchísimo el chasquido/ agudos y muy poco los
graves además de que se hace con un sentido de acompañamiento de
percusión menor como pudieran ser las castañuelas o los chekeres, de
hecho la presencia de las tablas indias y de la batería es mucho más
relevante. Por otra parte es normal que ocurriera esto ya que cualquier
nuevo instrumento que se incorpora tiene un proceso de adaptación hasta
que su presencia se vuelva necesaria. Solo se pude decir que el cajon
tomo una relevancia fuerte en las bulerias quizás por el propio carácter
del interprete.
Lo que me sorprende es la cantidad de arreglos de percusión que tiene
el disco, por no hablar de la orquestación; es impresionante ver lo
cuidado que esta en este sentido y como sin duda sentó un precedente
para cualquier artista flamenco que grabase un nuevo disco.
El segundo trabajo es el de Ramón “El Portugués” que solo lo separan
tres años y las diferencias no son tan grandes. El cajón hace presencia
en los mismos estilos que en el disco de Camarón pero el número de
intérpretes a aumentado y entre ellos existen dos grandes maestros que
han influido muchísimo en la forma de tocar este instrumento que son
Antonio Carmona y Ramón Porrina, este último hijo del cantaor y miembro
de una familia muy prolífica en el flamenco sobretodo en cantaores y
cantantes y en percusionistas renombrados. La diferencias con respecto
al trabajo anterior radican sobretodo en el hecho de cómo se entiende el
acompañamiento ya que si en “Soy Gitano” el cajon era más bien un
complemento, en este disco adquiere un protagonismo considerable primero
porque es el que lleva la batuta de la percusión grabada y segundo
porque existen muchísimos detalles, cierres, entradas y arreglos con el
cajón. Es un gran salto para que este adquiera prioridad sobre cualquier
otra percusión quizás por su sonoridad que es según mi criterio “el más
Flamenco de todos los tambores”. Llama la atención que en los “jaleos”
se despliega toda una nueva manera de entender el acompañamiento al
cajón más libre y rica.
El tercer trabajo nos lleva al mundo del acompañamiento al toque de
guitarra con Ramón Jiménez guitarrista madrileño del barrio de Caño
Roto. Aquí nos topamos con que todos los estilos rítmicos son
acompañados de cajón a pesar de que solo aparece un percusionista: Lucky
Losada. Es extraño que solo figure uno en todo el disco sin embargo
tratándose de quien se trata es perfectamente comprensible ya que
hablamos quizás de uno de los mejores que hay en la actualidad. Su
experiencia como percusionista de acompañamiento es amplísima y no solo
se limita al acompañamiento sino que es un disco producido por el mismo,
con ello se traspasa la barrera del acompañamiento y se entra un plano
mucho más elevado como es el de producir con todo lo que implica en el
ámbito de arreglos tanto rítmicos como armónicos. El gran salto no solo
se da en este sentido; la forma de entender como ejecutar el toque de
cajón que no se limita a comenzar algún tema o concluirlo, además frasea
de acuerdo con las falsetas de guitarra, llena los vacíos musicales,
adapta la métrica en función de la musicalidad del momento. Es el
complemento perfecto para el toque de Ramón.
El último trabajo es el de Duquende, es el más reciente de los
analizados y la evolución del cajón y de la percusión en general se
palpa desde el primer tema. Todos los temas rítmicos llevan percusión a
diferencia de los anteriores discos, el número de percusionistas que
colaboran en el disco crece hasta cuatro. Lo más destacable en el ámbito
de percusión es el martinete grabado por Piraña en donde se llega a una
expresividad nunca vista en un martinete que siempre a sido un estilo
en el que el protagonista absoluto a sido el cantaor / ora y la base
rítmica muy sencilla y “justica”. Piraña lleva la percusión a un extremo
en el que parece que se llega a hacer armonía con los diferentes
tambores utilizados; parece que el cajón y el resto de tambores cumplen
la función de guitarras, palmas y yunques; la percusión adquiere
musicalidad propia. Es impresionante la ventana que se abre con este
tipo de acompañamiento tan elaborado. No es de extrañar que sea un
trabajo de este fenómeno de la percusión como es Israel porrina
“Piraña”. Sin menospreciar a nadie: un genio.
Esto es todo amigos. "El Guille"http://www.todocajon.com/content/evolucion-en-la-discografia-flamenca
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